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ESTREÑIMIENTO Y MALAS DIGESTIONES. ENFERMEDAD DE PARKINSON E INTESTINO

El estreñimiento afecta a más del 80% de los pacientes con enfermedad de Parkinson. En los plexos nerviosos del intestino es uno de los lugares donde primero aparecen los cuerpos de Lewy (inclusiones intraneuronales que están directamente relacionados con el origen de la enfermedad de Parkinson), el intestino deja de funcionar correctamente, lo que conduce a un estreñimiento que puede aparecer hasta 15 o 20 años antes de que se desarrolle el problema motor de la enfermedad de Parkinson. Cuando estos cuerpos de Lewy llegan al estómago, dan lugar a una gastroparesia (disminución de la motilidad del estomago), que conduce a digestiones lentas y pesadas.


El tratamiento del estreñimiento se realiza, en primer lugar, con medidas higiénico-dietéticas:


  • Ingesta abundante de líquidos, debe beberse unos 30 cc por kg, es decir, una persona de 70 kg debe beber, al menos 2,1 litros al día.
  • Hacer ejercicio. Caminar favorece mucho un hábito intestinal sano.
  • Medidas dietéticas: comidas ricas en fibra vegetal como es el pan integral, vegetales, frutas en general (especialmente las cerezas y las ciruelas), en invierno que no hay frutas en el mercado, se pueden tomar 4-5 ciruelas pasas por las mañanas. Es especialmente útil tomar un par de kiwis por la mañana. Los zumos de naranja por las mañanas son también eficaces. El limón aumenta el estreñimiento. El pan verde que se vende en algunos supermercados aumenta el movimiento del intestino.

Cuando con las medidas higiénico-dietéticas no conseguimos solucionar el estreñimiento, pueden hacerse necesarios los fármacos, fármacos que no se absorben y que, por lo tanto, no ingresan en el organismo siendo defecados tal y como fueron ingeridos.. El macrogol (Movicol) es, tal vez, el fármaco más recomendable, se inicia con un sobre por la mañana con un buen vaso de agua y si es insuficiente, un sobre por la mañana y otro al medio día. Las semillas de plantago ovata (Plantaben), también con un buen vaso de agua, puede ser un fármaco a utilizar cuando falla el anterior. La lactulosa (Duphalac) es otra posibilidad, si bien, suele ser menos eficaz que los anteriores. Aunque cada paciente responde de manera diferente a estos fármacos.


Las digestiones pesadas por la gastroparesia, mejoran haciendo mayor número comidas diarias y menos abundantes (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena ). Las dietas ricas en fibra, caminar después de comer y el café después de comer puede ayudar al vaciado gástrico. Cuando con esto no se soluciona, de forma ocasional, la domperidona (Motilium) un comprimido o una cucharada con la comida. La domperidona tiene la ventaja de que no pasa la barrera hematoma-encefálica y, por lo tanto, no interfiere en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, algunos estudios han encontrado que el uso de este tipo de fármacos puede aumentar los problemas cardiovasculares y, por ello, hay que ser cauto con su uso, y hacerlo solo de forma ocasional. Recientemente han salido nuevos fármacos de la familia de los agonistas 5-HT4 que probablemente lleguen a usarse para mejorar tanto el problema del estreñimiento como la gastroparesia.


Hay que tener cuidado con muchos fármacos empleados para mejorar las digestiones o disminuir los vómitos, pues tienen efecto antidopaminérgico y pueden empeorar la enfermedad de Parkinson. Antes de utilizar uno de estos fármacos debería de consultar con su médico.


Las nauseas y los vómitos son una reacción adversa frecuente al inicio del tratamiento de la enfermedad de Parkinson, bien con la L-dopa, o bien, con los agonistas dopaminergicos. Estos problemas suelen ser transitorios y acaban desapareciendo, pero hasta que esto ocurra, puede ser necesario administrar domperidona, de forma transitoria y no excediendo los 30 mg/día por los posibles (aunque infrecuentes) problemas cardiacos que pueda producir.


Algunos estudios recientes apuntan a una relación entre las enfermedades intestinales y el inicio de una enfermedad de Parkinson. La enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa o Crohn) aumenta un 28% el riesgo de sufrir una enfermedad de Parkinson. Si esta es tratada con anti TNF (fármaco utilizado en estas enfermedades intestinales), el riesgo disminuye a incluso menos que en la población general. Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tratados con anti TNF redujeron el riesgo de Parkinson en un 78% respecto a quienes no fueron tratados con este tratamiento. La enfermedad inflamatoria intestinal produciría el síndrome del intestino permeable. Las bacterias alteradas de la microbiota (gérmenes que están en nuestro intestino) producen toxinas como la TLR4 que se ha visto que están incrementadas en la enfermedad de Parkinson. Además, en los ratones a los que se le anula el receptor para el TLR4 no se desarrolla la enfermedad de Parkinson.


La vagotomía bilareral troncular (el vago es el nervio que va desde el intestino hasta el cerebro, y que tiene su núcleo en el tronco del encefalo), realizada 5 años antes, reduce el riesgo de EP. Si es unilateral lo reduce menos. Si la vagotomía es selectiva, es decir,parcial, no reduce los riesgos. Una resección del vago antes de utilizar la Rotenona (fármaco que produce una enfermedad de Parkinson en animales de experimentación) detiene la diseminación de la enfermedad.


La microbiota intestinal esta alterada en los pacientes con Parkinson. Esta alteración de la flora intestinal produce un aumento de la permeabilidad intestinal, lo que genera una respuesta inflamatoria que podría ser la causa del inicio de la enfermedad de Parkinson en los plexos intestinales y, desde aquí, su diseminación al cerebro.


El incremento de la permeabilidad intestinal se puede mejorar incrementando los fosfolipidos intestinales, por precursores de los mismos, o con cofactores de estos compuestos. Otra opción puede ser introducir microorganismos vivos en el intestino, que solucionen el problema de la alteración de la flora intestinal existente, lo que se llama un trasplante de heces.


JM ASENSI